Colima: La Sal de la tierra
- Mes: Mayo 2022
- Municipios: Colima, Manzanillo
Para los colimenses la sal es mucho más que un condimento; es amor, cultura, tradición, arte y para muchas familias representa también una forma de vida.
Caminar por las Salinas de Cuyutlán, en el municipio de Armería es explorar una tierra mágica de 3 mil 500 hectáreas cercanas a Manzanillo que por las mañanas es habitada por hombres de torso desnudo que trabajan la sal con técnicas artesanales milenarias, por la tardes es visitada por los atardeceres más hermosos y por la noche es gobernada indiscutiblemente por las más brillantes estrellas y constelaciones.
Cuyutlán
Es un pequeño pueblo costero ubicado a 40 minutos de Manzanillo que alberga lugares hermosos e históricos como el Museo de la Sal, el Tortugario, el Estero Palo Verde, una de las primeras estaciones de tren en un puerto turístico mexicano y por supuesto, las Salinas.
Este pintoresco pueblo es famoso, entre muchas otras cosas, porque en 1932 fue arrasado por un tsunami de más de 20 metros de altura, conocida como la Ola Verde, además, cuenta con playas muy apreciadas por los bañistas, en las que además es posible acampar.
La Sal colimense
¿Por qué la sal colimense es famosa? Hay tres respuestas posibles a esta pregunta, la primera es el sabor; Chefs de todo el país y el resto del mundo la aprecian porque realza el sabor de una forma especial. Su pureza y propiedades la hacen perfecta para una gastronomía de clase mundial, además, los pequeños cristales que se forman en la superficie del agua, llamados flor de sal, son especialmente apreciados en la alta cocina internacional.
Segundo, por sus bajos niveles de sodio es mucho más saludable que la sal refinada e incluso es recomendada para personas con enfermedades como diabetes e hipertensión. Dicen algunos Chefs colimenses que, mezclada con un poco de agua, se convierte en un electrolíto capaz de apagar la sed.
Y tercero, su método de producción artesanal envuelve a la sal en una mística especial y toda una aventura que debes vivir al menos una vez en tu vida.
El pueblo mágico que desaparece
Pero las Salinas no están ahí siempre, pues en los meses de junio a enero desaparecen, cubiertas por las aguas de la laguna de Cuyutlán y es solo de marzo a junio que es posible visitarlas, conocer a las familias que se dedican a mantener esta importante y deliciosa tradición y tomar increíbles fotografías de los espejos de agua, los atardeceres y los paisajes estrellados de este pueblo encantado.